Power Rangers contra la kumbia millenial
¿Qué puedo decir
de un país que jamás he conocido?, pues creo que mucho, Colombia es uno de los países
que más anhelo tengo de conocer, desde su música he podido alucinar de un país luminoso,
una ciudad que no descansa, de la fiesta a la playa, y de la playa al café, y
del café a la fiesta, así viviría yo en Colombia, y si de fiesta hablamos, sin
duda Los Cotopla Boys serían una presente señal de que la noche anda en subida
o tal vez en ácidos.
Los Cotopla
Boys llegan desde Bogotá, nacidos en el 2017 por el junte de cuatro
universitarios que con ansias de fiesta y cumbia, fueron experimentando hasta definir
su propio estilo musical encasillado en “cumbia millenial”, siendo su más recién
tiro de gracia “Mamarron Vol.1”, un disco lleno de waracha, samples y harta
locura kumbiera.
“Mamarron Vol.1’ es un disco que nos lleva al Perú, que nos hace pedir el Wasap, que nos recuerda a esa última conversación en donde nos dejaron en visto, que nos da ganas de coger un tren donde retumbe la cumbia para poder comernos una ganlleta y raspar fiesta hasta que nos exorcicemos de todos los demonios de este 2020.
“Mamarron Vol.1”
Si la fiesta
se acaba, solo basta con llamar a Los Cotopla boys, pues ellos son los superhéroes
encargados de proteger y continuar con la fiesta, usar sus superpoderes para
que la fiesta nunca acabe y para que todos puedan raspar.
En Mamarron conoceremos
distintas historias narradas por los breves samples que encontramos a lo largo
del álbum, desde el “futuro del país en manos de Iván Duque”, hasta “las penosas
historias por ser el Raspafiestas”, aquí alternamos un poco más de la cumbia
rebajada y la estridencia callejera, el uso de sintetizadores que nos evocan esa
actualidad millenial sin futuro, una batería que nos retumba los sesos y aterrorizan
los pies. Mamarron, un disco para bailar y para gozar.